Pedro Ortueta, Pedrito, quiere nacer para vivir una vida, la suya. Al final conmueve a sus padres y su madre se presta a darle a luz. Crece, estudia y se establece de abogado. Pronto se arruina y vive en la calle durante un tiempo hasta que una vieja amistad le da cobijo temporalmente.
Gracias a esa ayuda vuelve a su profesión. Se enamora y se enreda. Porque la vida, en cierta manera, es un enredo. Aunque para él fue más que eso, fue un encuentro consigo mismo. Una bocanada de aire. Un suspiro de vida. Hasta que llegó la noche que se volvió exhalación.